Muchas
veces oímos una anécdota —o simplemente se nos ocurre una idea para
escribir un cuento— y nos parece pequeña, entonces la descartamos y nos
quedamos vacíos. Porque eso que estaba ahí —nos decimos—, eso bien
trabajado podría haber funcionado como un cuento.
Pero... no sabíamos por dónde buscarle la vuelta para que funcionase.
Pero... no sabíamos por dónde buscarle la vuelta para que funcionase.
Sin conflicto, no hay cuento.
Yo,
normalmente, digo en los talleres que cuando tenemos una anéctota —algo
que nos cuentan y, vaya uno a saber por qué, nos deja pensando— hay que
buscarle otra historia para que genere un conflicto. Después cruzar
ambas historias y ver qué pasa.
Les dejo un fragmento teórico, que puede servir para ver por dónde buscar.
"El rey murió y luego murió la reina" es una historia.
"El rey murió y la reina murió de pena" es una trama.
"La
reina murió, nadie sabía por qué, hasta que se descubrió que fue de
pena por la muerte del rey" es una trama con misterio, un enunciado que
admite un desarrollo mayor.
Aspectos de la novela, de E. M. Forster
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